¿Cuáles son las consecuencias de la gripe para el paciente oncológico?
Los pacientes oncológicos tienen alto riesgo de presentar complicaciones graves tales como infecciones respiratorias bajas o muerte debidas a la infección por el virus Influenza y sobreinfecciones bacterianas, así como retraso de la administración de la quimioterapia.

¿Cuáles son las características de la vacuna?
La vacuna que se encuentra disponible es la trivalente inactivada, que contiene las cepas recomendadas para el Hemisferio Sur para el 2023, por la OMS, a saber: H1N1, H3N2 y B.

¿Cuáles son los beneficios de la vacuna para los pacientes oncológicos?
Existe evidencia científica de que los pacientes con tumores sólidos, aun cuando reciben quimioterapia, presentan una buena respuesta inmunológica a la vacuna antigripal.
Los pacientes que reciben vacunación antigripal presentan menos interrupciones de quimioterapia durante el periodo invernal subsiguiente, requieren menos internaciones por neumonía y muestran una tendencia a mejor sobrevida.

¿Quiénes deben vacunarse?
Todo paciente oncológico que requiera tratamiento quimioterápico, esteroideo, terapias dirigidas, inmunoterapia o radioterapia deberá recibir la vacuna, antes, durante o después de finalizado el tratamiento.
Los pacientes esplenectomizados, fumadores, traqueostomizados, obesos, con patología crónica o mayores de 65 años también tienen indicación de vacunación.
Ésta consiste, en los pacientes adultos, en una dosis anual. También deben recibir la misma todos los Trabajadores de la Salud, y los Convivientes de los pacientes, especialmente de aquellos con patología hematológica y/o que reciben trasplante de células hematopoyéticas, dado que estos últimos tienen menor respuesta a la vacuna.

¿Cuándo deben recibir la vacuna los pacientes que están recibiendo
tratamiento?

La vacuna se debe administrar en forma anual, idealmente durante los meses de otoño antes del inicio de la circulación del virus Influenza; de todas maneras la vacunación debe continuarse durante la época invernal, según la situación epidemiológica nacional y local.
Para incrementar la adherencia de los pacientes se recomienda administrar la vacuna en las visitas programadas para consultas, independientemente de cuando fue administrada la quimioterapia, dado que no se modifica la respuesta a la misma.

¿Qué precauciones se deben tener en pacientes con plaquetopenia o
anticoagulados?

Si el paciente presentara plaquetopenia, o se encontrara anticoagulado se recomienda realizar compresión en sitio de inyección durante 3 a 5 minutos.

¿Cuáles son los efectos adversos de la vacuna?
Es una vacuna a virus inactivados. Es segura. Los efectos adversos son muy infrecuentes y son en su mayoría dolor en el sitio de inyección o más raramente fiebre de bajo grado. En la época de vacunación antigripal es muy frecuente la coincidencia con la aparición de otros cuadros virales respiratorios por lo que los mismos no deben ser atribuidos a la vacuna.

¿Pueden recibir la vacuna los pacientes que reciben inmunoterapia?
Si, deben recibirla. Hay diversos estudios en pacientes que reciben inmunoterapia que muestran que la vacuna antigripal no incrementa los efectos adversos inmunológicos.

¿Puede administrarse concomitantemente con otras vacunas?
Si, puede administrarse con cualquier otra vacuna del calendario incluida la de COVID19.

¿Debe administrarse otra vacuna además de la antigripal?
Es muy importante contar con el esquema completo para COVID 19 y los refuerzos recomendados por el MSP.
Se debe aprovechar además la oportunidad para controlar que el resto del calendario de vacunación esté completo, particularmente la vacuna contra el neumococo si el paciente no la hubiera recibido previamente. Se recomienda un esquema secuencial administrando en primer lugar una dosis de vacuna antineumocócica 13 Valente conjugada y a las 8 semanas una dosis de antineumocócica 23 Valente polisacárida. Se debe administrar un refuerzo a los 5 años con la vacuna 23 Valente polisacárida. Las vacunas contra el neumococo idealmente deben ser administradas dos semanas antes del inicio del tratamiento antineoplásico o tres meses luego de finalizado el mismo.