23/05/2018 17:08 – TN.com.ar – Nota –  

Conocé los factores de riesgo que afecta la probabilidad de que se padezca esta enfermedad.

Los datos del Instituto Nacional del Cáncer revelan que cada año mueren unas 2.400 personas por tumores de la piel. Existen tres tipos: los carcinomas basoceluares, espinocelulares y los melanomas.Éste último es el tipo más serio y agresivo de cáncer de piel, si bien detectado a tiempo se observa como curable. Con frecuencia el primer signo de un melanoma es un cambio de tamaño, forma, color o textura de un lunar o la aparición de uno nuevo que puede ser negro, anormal o «de aspecto desagradable». El melanoma representa el 5% de todos los tipos de cáncer de piel y ocasiona más de cinco muertes por hora en el mundo. Su incidencia se encuentra en aumento por lo que se recomienda realizarse autoexámenes mensuales y visitar al dermatólogo ante la presencia de lunares o manchas nuevas.Es bueno saber todo aquello que afecta la probabilidad de que se padezca esta enfermedad dado que algunos factores de riesgo, como el fumar y la exposición excesiva a la luz solar, se pueden controlar. El tener uno o incluso varios factores de riesgo no implica que una persona tendrá un melanoma, pero sí que ayudan a la hora de trabajar en la prevención y/o la detección temprana.Hay varios factores de riesgo que pueden hacer que una persona tenga más probabilidades de padecer melanoma. En diálogo con CONBIENESTAR Gabriela Cinat, jefa de Oncología de la Unidad Funcional de Melanoma y Sarcoma del Instituto de Oncología Ángel Roffo-Universidad de Buenos Aires (MN 70945) , enumeró:- Exposición a la luz ultravioleta (UV): es un factor de riesgo principal para la mayoría de los melanomas. La luz solar es la fuente principal de la radiación ultravioleta, pero también lo son las lámparas solares y las camas bronceadoras.- Exposición solar aguda intermitente: cuando uno se expone por poco tiempo pero de forma intensa tiene más chances de padecer un melanoma. Estar poco tiempo al sol pero que éste produzca lesiones es más riesgoso que una mayor exposición pero protegida.- Antecedentes de quemaduras de sol con ampollas: sobre todo durante la niñez o adolescencia. Por ejemplo, el melanoma en el tronco (pecho y espalda) y las piernas se relaciona a las quemaduras de sol frecuentes.- Piel muy blanca, pecas y pelo y ojos claros: se presenta como una frecuencia 20 veces mayor en la población blanca que en la afroamericana. Otros factores de riesgo son tener la pie l clara que se pone pecosa, se quema con facilidad, no se broncea o se broncea mal; tener ojos de color colores como azul o verde: y ser rubio o pelirrojo. «Su tipo de melanina no protege mucho de los rayos ultravioletas», precisó Cinat.- Lunares: son tumores pigmentados benignos (no cancerosos). Por lo general, no están presentes en los bebés al momento de nacer, sino que empiezan a aparecer en la infancia y cuando las personas llegan a ser adultos jóvenes. La mayoría nunca causará ningún problema, aunque una persona que tiene muchos es más propensa a padecer melanoma.- Sistema inmunológico debilitado: puede ser debido a ciertas enfermedades (como por ejemplo el VIH) o a tratamientos médicos (como los medicamentos que se suministran después de recibir un trasplante) hacen que una persona tenga más probabilidades de padecer muchos tipos de cáncer de piel, incluyendo melanoma.- Antecede ntes familiares: se tienen más chances si uno o varios de los familiares de primer grado (madre, padre, hermano/a, hijo/a) lo padecieron. Aproximadamente el 10% de todas las personas con melanoma tienen antecedentes familiares de esta enfermedad. «A las personas que tienen un pariente con melanoma se recomienda que hagan una consulta a un dermatólogo. Es poco frecuente que se trate de un tipo hereditario y que haya un trastorno directo que predisponga, pero lo que sí se hereda es el tipo de piel, además se comparten los hobbies y estilo de vida», precisó la jefa de Oncología de la Unidad Funcional de Melanoma y Sarcoma del Instituto de Oncología Ángel Roffo-Universidad de Buenos Aires a este medio.- Antecedente personal de melanoma u otros cánceres de piel: quien ya ha padecido uno tiene un mayor riesgo de padecer otro. Entre el 4-6% de las personas que ya tuvieron uno padecerán un segundo en algún momento de sus vidas. Las personas que han tenido cáncer de piel de células basales o escamosas también están en mayor riesgo de padecer melanoma.- Edad avanzada: es más probable que se presente en personas de más edad, aunque también se detecta en personas más jóvenes. «La población envejecida tiene más chances de mutaciones pero no hay que confundir con la edad de presentación mediana, porque en promedio aparece cerca de unos 10 años antes que el resto de los tumores», advirtió la oncóloga.Pensar en el «ABCDE» puede ayudarte a recordar lo que debés vigilar:- Asimetría: el contorno de una mitad no es igual al otro.- Bordes: los bordes son desiguales, borrosos o irregulares.- Color: el color es disparejo y puede incluir tonalidades negras, cafés y canela.- Diámetro: hay cambios en el tamaño, generalmente se vuelven más grandes.- Evolución: cualquier cambio en el lunar en las últimas semanas o meses.»Lo que pongo más hincapié es en el tema de la evolutilidad de la lesión. Uno tiene que estar pendiente del lunar o mancha que luce distinto al resto, el patito feo, la lesión pigmentada que luce diferente a otras que se pueda tener. A ese es al que hay que darle más atención», remarcó Cinat.

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